Te odio

Te odio. A ti y a esa jodida y preciosa sonrisa que tienes, a esas manos que me acarician y se juntan con las mías, odio esos enormes ojos color nutella. Te odio. A ti y a esos cosquilleos que me entran cuando te veo, a esas enormes ganas de besarte que tengo, a esas palabras que me hacen reír y a tus estúpidas bromas e insultos que tanto me gustan. Te odio. A ti y a esa forma que tienes de hacer que me coma la cabeza noche tras noche y me pregunte que estás haciendo a lo largo del día. Te odio. A ti y a esas miradas que me sueltas al verme y que me dejan sin respiración, odio esa mirada que chocó con la mía cuando salí de casa aquel día con ese vestido negro que me enamoró. Te odio a ti y a esa manera de volverme loca todos los días. A esos empujones que llevan a un abrazo. Te odio porque me complicas la existencia pero al mismo tiempo haces que todo tenga sentido. Te odio porque me quitas las ganas de todo con una palabra y me las devuelves con una sonrisa. Te odio con toda mi alma, no sabes cuánto. Pero te odio más aún por la simple razón de que no puedo odiarte aunque sea un poquito.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Si tengo que pedírtelo ya no lo quiero.

Amor purgatorio