La confianza.
Si algo me enseño la vida, es que la confianza no es gratis. No se regala. La confianza se gana.
Ha sido un viaje muy difícil. Desde la infancia hasta la adolescencia a la que todos queremos llegar y cuando llega queremos retroceder. He perdido a muchos amigos. He tenido que decir adiós a personas que pensé que estarían en mi vida para siempre, personas que en las que pensé que podía confiar con los ojos cerrados.
Siempre me digo a mí misma: “¿Eran esas personas las que quería en mi vida? ¿Personas que podrían mentirme, engañarme y hacerme daño? Y de esta manera me recuerdo a mí misma que no perdí nada. Puede que extrañe algunas bromas o incluso compañías de vez en cuando. Puede que vea algo en la calle que sé que encontrarían increíble y detecte una punzada en mi corazón. Lo admito. Pero ese dolor momentáneo se compensa con el hecho de que, al dejarlos ir, dejé de sentir el sufrimiento que esas personas me provocaban.
El problema es que si te doy una segunda oportunidad y la cagas de nuevo, es mi culpa, no la tuya. Y no estoy dispuesta a que eso pase y cargar con esa culpa dentro de mi. Si pasas por encima de mí una vez, la culpa es tuya. Pero si lo haces dos veces, la culpa es mía.
Ya que la primera vez que una persona te apuñala por la espalda, no pudiste verlo venir… pero la segunda vez, no tienes ninguna excusa. Si perdonas a alguien de haberte engañado y haberte hecho sufrir, sólo vas a invitar a esa persona a hacerlo de nuevo.
No puedo permitir eso en mi vida. No voy a a perdonarte sólo porque tú no me supiste valorar. Puedo vivir con el dolor que viene despues de que te mientan o engañen, pero no puedo vivir con esas mismas heridas reabriéndose constantemente.
Has demostrado que eres capaz de hacer cosas realmente terribles a alguien que supuestamente te preocupa. Has demostrado que eres capaz de hacerle daño a la gente más cercana a ti y no voy a estar expuesta a ese tipo de toxicidad.
Porque cuando rompes el corazón de alguien, realmente nunca sana. Un corazón roto puede ser reparado, pero ese corazón nunca estará completo, por lo menos no del todo. Esos malos momentos siempre dejarán cicatrices. Porque no tiene sentido perdonar a alguien, cuando realmente no voy a poder olvidar y confiar de nuevo.
Como la mayoría de las mujeres, tengo una excelente memoria. Una mujer no olvida las cosas, sobre todo cuando esas cosas implican ser traicionada. Dicen que hay que perdonar y olvidar. A la mierda eso, nunca voy a olvidar lo que me hiere y, por lo tanto, no voy a perdonar a nadie gratuitamente.
No voy a dar unas segundas oportunidades, a gente que no la merece. Porque merezco primeras oportunidades, no segundas. Y sé que hay alguien ahí afuera esperándola. Alguien que sabrá valorarla.
Y ese no eres tú.
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