No se puede comparar.

No quiero ser tu Rose, ni tu Satine, ni tu Ally, ni tu chica de Glasgow, ni tu Rory, ni tu Blair, ni tu Callie, ni tu Rachel, ni tu Mónica, no quiero ser nada con lo que comparar lo que pueda pasar o no. Si ese es tu pensamiento, mejor olvidame porque sino no sería nuestro, no sería, de hecho, de nadie, ni para nada. 
No quiero más historias bonitas e imposibles de amor, quiero una historia real, un amor de verdad, donde dos personas se quieren y están siempre la una para la otra. Si no, ¿de qué sirve amar, y sobretodo, para qué y con qué objetivo? El amor es eso que sucede mientras tú piensas el por qué. Yo brinco, grito, canto, salto, bailo y siento.Vivir significa arriesgar y aquella mariposa que sabe volar no es para nada mejor que aquella que ha sido dibujada y empieza a querer emprender el vuelo cuando un artista a su medida le hace competencia en belleza y experiencia plasmándola en cualquier papel de la calle. 
Yo no soy una mariposa, no soy si quiera a veces la persona que realmente me gustaría ser, pero aún así creo y sigo creyendo que el amor existe y va más allá de las palabras, de los gestos, de las canciones, del rap, de la música, del llanto, del dolor y de la soledad. Todos nacemos solos y obviamente, morimos totalmente igual y creo en el amor pero también en el eterno dolor... pero eso es así, como la vida misma. "No busques nombres ni etiquetas, somos lo que el tiempo deja"

Comentarios

Entradas populares de este blog

Si tengo que pedírtelo ya no lo quiero.

Amor purgatorio