Hoy tengo que decirte que no entraba en mis planes encontrarme contigo. Ni entraba en mis planes perder la razón por ti, ahora justo ahora, para poner patas arriba mi vida, para volverme un poco más loca.  Entraste pisando fuerte y creí en tus promesas, pensando que esta vez sería la definitiva, que no podía volver a salir mal. Y por fin logré confiar y te abrí mi corazón. Pero pronto te llevaste mis sentimientos por delante, y te fuiste como un huracán que arrasa con todo, derrumbando los pilares que sostenían mis sueños.
Y como bien dijeron una vez “allí donde no puedas amar, no te demores”. No hay verdad más grande ni realidad más cierta. Cuando eres consciente que tus pasos se acabarán pronto, y que no vas a lograr alcanzar tu meta, no hagas sufrir a nadie. Sé claro. Sé sincero. No juegues con un alma malherida. Cuando no se siente la pasión necesaria, no finjas sentirla y da la opción de dejar elegir a esa persona. Y si no vale la pena, déjala marchar. Tú no sabes cuanto tiempo le ha costado recomponerse como para que ahora vengas y la destroces. Hay que pararse a pensar cuando es el corazón el que está en juego.
Que ya no estamos para perder más el tiempo. Que se acabó el dar demasiado y el no recibir nada a cambio. Porque ya es hora que alguien luche por ti, ya es hora de que sea alguien quien mate tus monstruos y no quien te los cree.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Si tengo que pedírtelo ya no lo quiero.

Amor purgatorio