Me gusta cuando vienes, sin razon y para quedarte.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Y es que me gustas cuando vienes. Sin razón y para quedarte.
Me gustas cuando callas y estás como distante. Déjame que te hable también con tu silencio, claro como una lámpara y simple como un anillo. Eres como la noche, callado y constelado. Tu silencio es como las estrellas, tan lejano y sencillo. Y es que me gustas cuando vienes, sin razón y para quedarte.
Me gustas cuando paras y me miras. Y yo te ignoro para que sigas detrás mía buscando una sonrisa más, disfrutando del trayecto de tus pupilas que contiene mi nombre. Me gustas con tu viaje de invierno en un verano a punto de estallar. Con tus planes sin establecer, con tus "como quieras". Con tus arriba que no se encuentran precisamente en el tejado y tus abajo que realmente nunca existieron. Me gustas cuando te conviertes en mi fuente de energía intransferible, cuando me quemas en ese instante antes de sentir tu abrazo, justo cuando tu sonrisa y la mía se cruzan y no veo otra cosa que los rayos de electricidad estática que despiertan cada una de nuestras miradas.
Me gustas cuando partes el cielo en dos solo para poder ver el sol un rato más y alargar esos días que se nos hacen demasiado cortos, justo antes de que el muelle comience a reclamarte. Me gustas cuando me hablas con tu silencio a gritos lleno de palabras que transmiten más que cualquier vocal hablada, y cuando paras y te quedas tranquilo, mirándome en silencio. Pero me gustas más cuando me dices que me quieres y que soy una tonta por enfadarme a veces. Me gustas cuando, dentro de cada rutina, creas un hueco lleno de paz, hecho a medida solo para dos, y durante unos minutos las olas ya no resultan tan grandes ni los truenos tan fuertes.
Me gustas cuando me respondes a esas preguntas que no me atrevo a hacer y sabes que le estoy dando vuelta a miles de cosas y es entonces cuando me das la respuesta que sabes que siempre he querido tener. Me gustas cuando, sin quererlo, tus despedidas pierden el sentido de la palabra y se convierten en eternas bienvenidas que duran muy poquito. Y me gustas cuando no hay razones para vernos y las encuentras para continuar guardando recuerdos que recordaremos siempre.
Me gustas cuando, incluso antes de decirte "no", sabes que es un "sí" sin duda alguna.
Me gustas cuando me lees de norte a sur sin perderte ni uno solo de los detalles que posee mi piel.
Me gustas cuando dices que la distancia en nuestro caso está sobrevalorada.
Me gustas en cada una de tus contradicciones.
En cada uno de tus pasos.
En cada una de tus rarezas (que mira que tienes eh...)
Y es que me gustas siempre.
Siempre, tú.

28 SVS

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