El amor
El amor no es un pasillo de casa por el que puedes ir encendiendo luces para no pasar miedo: primero la del comedor, después la apagas y enciendes la del baño, que a su vez apagas cuando enciendes la de la cocina. No. El amor es un camino a tientas, sin ver las paredes, los muros, los marcos de las puertas. Por el amor se camina descalzo, con el riesgo de pisar chinchetas, agujas, botellas rotas. No le habléis a los niños del hombre del saco, ni de la oscuridad; habladles del amor, que es lo que más miedo puede dar.
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