...

Dime que NO
solo una vez más,
y dejaré de rondar
el balcón de tus pestañas
en busca de tus ojos.
Dime que SÍ
por primera vez,
y prometo guardar tu reloj
muy lejos del blanco
de mis sábanas.
Dime que NO
solo una vez más,
y dejaré de buscarte con la mirada
creyendo insinuarte así
que nos vayamos sin decir nada.
Dime que SÍ
tan solo una vez,
y verás mis manos
haciendo prisioneras a las tuyas,
que con suerte,
descansarán contra la pared
que sostiene mi cama.
Dime que NO
solo una vez más,
y verás como no vuelvo a imaginarte desnuda,
y mucho menos incrustada entre mis brazos.
Pero, dime que SÍ,
si te atreves a cruzar la puerta
que separa
tu piel y la mía.
Dime que NO,
y no insistiré jamás
en besar tus labios.
Pero deja de engañarte
y dime que SÍ,
solo así podrás descubrir
donde nos llevará,
ese solemne ritual de miradas
que nos une.

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