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La vida puede enseñarte un millón de cosas pero a veces eres tú quien debe aprender a seguir sola. Aprendí a esperar, a callar, a bajar la cabeza y seguir adelante como si nada hubiera pasado. Aprendí a no guardar rencor, a perdonar aún sin ser yo la culpable. Aprendí a amar en silencio, sin que nadie lo supiera, a llorar sin nadie que me consolara. Aprendí a no confiar en ninguna persona, ni en mi sombra, ya que en la oscuridad ni ella te acompañará, nadie te acompañará siempre. Aprendí a que mi felicidad no dependiera de nadie porque sino la tristeza estaría presente y sería amiga cuando la felicidad se fuera... Aprendí tanto, aprendí muchísimas cosas, pero también se me olvidó aprender a olvidar el sabor de tus besos deslizándose por mi cuello, se me olvidó aprender a olvidar ser la razón de tu sonrisa y también se me olvidó cómo olvidarte...
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