Alejarnos a un lugar del que sea difícil regresar, en el que cuando volvamos descubramos que han cambiado tanto las cosas, que ni nosotros mismos las reconozcamos. ¿Te imaginas? Sería un plan perfecto, parecido a uno de los muchos que imaginamos y que al final cumplimos; de esos en los que no hizo falta esperar a nada ni nadie, de los que simplemente nos dejamos llevar, y en los que no nos importan las consecuencias que traiga... Sí, planes que a veces parecen tan increíbles que dudamos que podamos realizarlos; al fin y al cabo sabemos que siempre habrá algo que se interponga en nuestro camino ¿no?, pero yo estoy segura que siempre serás capaz de negarlo todo y además antepondrás cualquier momento especial de esos que pasamos juntos a cualquier otro que pueda suceder más adelante... Aunque eso es sólo a veces; sí, sólo en una de esas veces en la que tenemos arrebatos de locura, en los que no sabemos qué va a ser más tentador y optamos por no depender de ninguna opción fácil, es más, estoy por apostar que ninguna de las veces en las que hemos apostado a lo difícil hemos salido perdiendo; sólo cuando no nos poníamos de acuerdo en algo era la manera que teníamos de fallar, pero, ¿sabes? no me da miedo de fallar, no me da miedo perder nada por decir cosas diferentes si al final acabamos demostrando que somos capaces de unir todas nuestras ideas y proyectos en uno, no me da miedo el poder llegar a pensar que podría perderte porque sé que eso no pasará; que dependemos el uno del otro, 
yo de  y tú de .

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