Tus promesas
Promesas, como esas que hacen los gobernadores, como las que se hacen los viejos mejores amigos en los viejos tiempos mejores. Como los "te llamaré" y los "tenemos que vernos" aún sabiendo que eso no va a pasar, como los "para siempre" que él me promete, y que sé que no será así.
Como cuando pongo el despertador y digo sólo cinco minutos más. Como el secreto que iban a guardarme, como el te quiero después del revolcón, como el futuro, los tacones, la comida basura, el colegio, los recuerdos, la distancia.
Y aquí comienza la historia de amor (porque todas empiezan y acaban de la misma manera):
Miradas de reojo, tonteos, frases tontas, fotos, bromas, caricias, un beso, dos, tres... Sonrisas de "vuelvo pronto", la historia de amor cronológica, sincrónica, preparada, con velas y cena romántica que acaban abriendome profundas llagas en lugares que desconozco, cuando duele el corazón, las tripas, la garganta de gritar, los ojos de llorar, los dientes de forzar sonrisas, la memoria, los dias largos, las semanas que alargan este sufrimiento un poco mas, creemos que si nos refugiamos tapandonos de los problemas nos mojaremos un poco menos, pobres ilusos de nosotros, cuantas veces habré intentado yo eso, para salir perdiendo un poco después, estamos en un bote cerrado, no sirve de nada taparse, los problemas van a inundarnos igual, antes o después.
Y ahi se termina la bonita historia, con esos "voy a echarte de menos, mi vida" "volveré, te lo prometo" y "siempre te querré, mi amor".
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