Sigo cayendo
Muchas veces pienso que en realidad, lo único que necesitamos es un simple cuerpo con el que soñar, un cuerpo que ansiar, y acto seguido permitir que nuestra mente se deje llevar, que la imaginación ejerza su función, e invente cualidades.
Pues tú inundaste todos mis espacios y me llenaste de razones, juntaste con delicadeza los pedazos rotos, y fuiste, sin lugar a dudas, salvavidas. No obstante, cuando me vine a dar cuenta, estabas vacío, eras ilógico, y me habías reducido a partes tan pequeñas, que ni yo misma me percibía. Mi cabeza te imagino como un bonito lugar en el que quedarse a vivir, sin embargo, en la vida real no fuiste más que un precipicio, del cual sigo cayendo.
Comentarios
Publicar un comentario