Y de repente un día te das cuenta y abres los ojos y ves el mundo desde otra perspectiva, y ves que en la vida real nadie dice esas frases de película, “ nadie va a alcanzarte la luna para hacerte feliz”, “ni va a cruzar un océano para darte un abrazo”, “ni te perseguirá por un aeropuerto esperando que no te vayas”. Y ves que las historias de amor solo son canciones que nos hacen soñar, que las personas cuentan mentiras, que es más fácil siempre perdonar que olvidar, y que las cosas nunca vuelven a ser igual después de haberse estropeado… y lo que es peor… que la vida nos enseña a madurar a base de golpes.

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