Historias

Solía escribir en cualquier parte, lo recuerdo bien. Pero mi lugar favorito siempre fueron los lugares públicos. Llenos de gente, de historias.
Observar se me daba mejor que cualquier otra cosa y las servilletas que esbozaban un “Gracias por su visita” resultaban un buen lugar donde grabar todo eso.
Una de esas servilletas apareció el otro día como queriendo decir algo:
"Son tan distintos que no pueden evitar quererse. Sus miradas de complicidad hacen que el tiempo se pare, como cuando se cae un reloj de arena al suelo y lo mancha todo de recuerdos"
Hoy recuerdo bien a aquellos chicos.
Tal vez ya no congelen el tiempo, pero en mi servilleta su amor sigue vivo.

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