Por más que vuelvas quizás ya me habré ido

Desde aquel día mi corazón fue creciendo a medida que se fue rompiendo. Entre tanta angustia, tanta distancia, tantas cartas sin leer, tanto desamor, tantos sueños rotos, tantos besos y tantos “te echo de menos;” que no escuché, porque cada vez tengo más trozos que recoger mientras te marchas. Al final todo me lleva a preguntarme ¿Cómo debo entregar a alguien algo tan preciado pero que lo conservo hecho añicos?

Es verdad que hace falta oscuridad para que brille la luna, pero también creo que esta luna encontró su manera de brillar por sí sola. Puede que tenga que presenciar esos atardeceres que tanto nos gustaban, sin ti, pero al menos no viviré afianzada de una promesa de “volveré.” Porque con el mayor dolor de mi corazón, por más que vuelvas, quizás yo ya me habría ido.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Si tengo que pedírtelo ya no lo quiero.

Amor purgatorio