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Mostrando entradas de abril, 2016
No quiero cenas en restaurantes de lujo , quiero cenas en las que no tengas que sentarte en la silla de enfrente sino que te sientes en la silla de al lado mientras acaricias mis piernas. No quiero que me lleves de compras porque juntos hemos demostrado que no necesitamos la ropa. No quiero joyas caras que adornen mi cuello: sólo sirven para molestar cuando suavemente me besas. No necesito un gran coche porque ambos sabemos que en sitios mas pequeños h emos dado rienda a nuestros deseos. No quiero una gran casa con jardín, me basta un simple colchón en el suelo y una bolsa de palomitas mientras vemos nuestra película favorita. No quiero flores en nuestro aniversario, quiero que me cojas por sorpresa y enciendas unas velas. No necesito un bolso, ni zapatos, ni siquiera un móvil nuevo, quiero que al abrir la puerta me beses como si no hubiera un mañana. No quiero que me lleves a Nueva York de viaje... no necesito que el mundo sepa que me quieres me basta con que me digas al oído......

Waiting for you

Dicen que cuando estás enamorado no importan las despedidas, ni el tiempo que pase, ni lo que ocurra entre medio; no importa que te jure que se acabó o que te mande al infierno, ni siquiera importa si ha conocido a otra persona. Cuando el sentimiento es verdadero, siempre encuentras la manera de mantener viva la esperanza.  Es algo inconsciente y muchas veces en contra de nuestra voluntad. Ves señales por todas partes. Señales que te llevan a esa persona, a ese lugar, señales que imaginas, o no, quizás son reales.   Quizás exista esa energía común que hace y deshace cuando menos lo esperas y más lo necesitas.   Y quizás, también, pase que ya no vuelva nunca más, pero tú, tú te empeñas en seguir esperando.
Y de eso trata amor de encontrar a alguien que aún conociendo tus cicatrices se quede para besarlas, de que le parezcan bonitos tus complejos, de que te quite los miedos y dibuje en tu cara sonrisas, porque de eso se trata... de dar la vuelta al mundo para abrazarte por la espalda.

“...en un beso sabrás todo lo que he callado”

Con un solo beso de diez cortos pero intensos segundos se pueden transmitir ochenta millones de bacterias se pueden activar un total de treinta músculos faciales y si dicho beso se alarga puede llegar a quemar un total de quince calorías en tan solo tres minutos. Con un beso se pueden transferir (entre otras muchas cosas) 0.45mg de sales minerales y puede aumentar las pulsaciones de 60 hasta 130 por minuto. Un buen beso dilata las pupilas disminuye la presión arterial libera dopamina, serotonina y oxitocina, y es capaz de provocar emociones fuera del alcance de la razón. Pero lejos de la ciencia, puedo afirmar que un solo beso, es capaz de darnos la vida, como quitarla al mismo tiempo es capaz de liberarnos como atarnos y es capaz de parar el tiempo de una manera inexplicable para la ciencia, y para el ser humano, hay veces que un beso puede más, que mil millones de palabras.
Borra mi numero. Bórralo porque no soy persona de quizases. Porque no quiero medias tintas. Porque tu quizás no es mi quizás. Porque tus quizases son la mayor forma de tortura para mis ratos en soledad. Porque mis quizases son de esperanza, los tuyos de cobardía. Porque tus “te echo de menos” a las tres de la madrugada no significan que vayas a volver. Borra mi número porque tu autoproclamada libertad está acabando conmigo. Porque no soy el perro de tu vecino, con el que puedes jugar una vez a la semana sin más responsabilidad que tu propia diversión. Porque no temo decir que quiero que me quieran con seguridad, alguien que luchará antes de huir y que sabrá querer a alguien más que a sí mismo.

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Empecé a quererte el día en que te abandoné. Fueron las palabras que él dijo cuando, diez años después, se la encontró por mera casualidad en un café. Ella sonrió, le dijo «hola, te quiero», pero de sus labios sólo salió «hola, ¿qué tal?». Estuvieron horas conversando hasta que él, en ese tipo de cosas siempre era él quien perdía la vergüenza por más vergüenza que le diera lo que había hecho (¿cómo pude dejarte?, ¿cómo fui tan imbécil hasta el punto de no darme cuenta de que todo lo que quería estaba en ti?), le dijo con toda la naturalidad del mundo que quería acostarse con ella. Primero, ella pensó en abofetearlo y después en amarlo toda la tarde y toda la noche; a continuación pensó en huir de allí y después en amarlo toda la tarde y toda la noche y, al final, decidió no decir nada y, lentamente, ocultando las lágrimas de los ojos, lo abandonó de la misma manera que él la había abandonado una década antes. No era una venganza, ni siquiera un castigo; sólo sintió que estaba tan perd...

Si tengo que pedírtelo ya no lo quiero.

No te voy a pedir que me des un beso. Ni que me pidas perdón cuando creo que lo has hecho mal o que te has equivocado. Tampoco voy a pedirte que me abraces cuando más lo necesito, o que me invites a cenar el día de nuestro aniversario. No te voy a pedir que nos vayamos a recorrer mundo, a vivir nuevas experiencias, y mucho menos te voy a pedir que me des la mano cuando estemos en mitad de la ciudad. No te voy a pedir que me digas lo guapa que voy, aunque sea mentira, ni que me escribas nada bonito. No voy a pedirte que aparezcas en la puerta de mi casa con una rosa como tanto me gustaría. Tampoco te voy a pedir que me llames para contarme qué tal te fue la noche, ni que me digas que me echas de menos. No te voy a pedir que me rías las gracias, ni que hagas el tonto conmigo cuando mis ánimos están por los suelos, y por supuesto, no te pediré que me apoyes en mis decisiones. Tampoco te voy a pedir que me escuches cuando tengo mil historias que ...

Por más que vuelvas quizás ya me habré ido

Desde aquel día mi corazón fue creciendo a medida que se fue rompiendo. Entre tanta angustia, tanta distancia, tantas cartas sin leer, tanto desamor, tantos sueños rotos, tantos besos y tantos “te echo de menos;” que no escuché, porque cada vez tengo más trozos que recoger mientras te marchas. Al final todo me lleva a preguntarme ¿Cómo debo entregar a alguien algo tan preciado pero que lo conservo hecho añicos? Es verdad que hace falta oscuridad para que brille la luna, pero también creo que esta luna encontró su manera de brillar por sí sola. Puede que tenga que presenciar esos atardeceres que tanto nos gustaban, sin ti, pero al menos no viviré afianzada de una promesa de “volveré.” Porque con el mayor dolor de mi corazón, por más que vuelvas, quizás yo ya me habría ido.

Aunque repitas mil veces no vas a callar mi razón de ser~

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Historias

Solía escribir en cualquier parte, lo recuerdo bien. Pero mi lugar favorito siempre fueron los lugares públicos. Ll enos de gente, de historias. Observar se me daba mejor que cualquier otra cosa y las servilletas que esbozaban un “Gracias por su visita” resultaban un buen lugar donde grabar todo eso. Una de esas servilletas apareció el otro día como queriendo decir algo: "Son tan distintos que no pueden evitar quererse. Sus miradas de complicidad hacen que el tiempo se pare, como cuando se cae un reloj de arena al suelo y lo mancha todo de recuerdos" Hoy recuerdo bien a aquellos chicos. Tal vez ya no congelen el tiempo, pero en mi servilleta su amor sigue vivo.

Cuidala/me

Cuídala, no dejes que se te escape. Qué más da si ya la tienes a tu lado, qué más da si ya le ves sonreír todos los días, y tienes la suerte de disfrutar de ella. Me da igual. La vida da mil vueltas, y nunca sabes dónde puedes acabar. Así que cuídala, que el amor si no se cuida, se esfuma. Y supongo que no querrás eso. Cuídala, como si fuese el primer día que la ves, o como si no la pudieses tener delante de tus ojos cada día. Cuídala, como si se fuese a acabar, como si maña na no pudieses verla, como si fuese el último día de tu vida. Como si se fuese a perder, y nunca jamás puedas encontrarla. Cuídala, con todas las letras, con cualquier detalle, por muy mínimo que sea. Cuídala, como si aun no le tuvieses, como si fuera tu trabajo de cada día. Cuídala, como ella también hace. Cuídala, como si fuese el motivo por el que vives cada día, como si no pudieses vivir sin ella. Cuídala, que la vida se escapa, no dejes que ella también lo haga. No te agarres a la rutina, deja que cada d...