Te quise como si no fueras a doler.
Te quise como si no fueras a doler, sin darme cuenta, que cada beso, cada te quiero, eran una profunda fisura a mi corazón, un golpe bajo a mis sentimientos, una agresión directa.
Me hiciste creer que enamorarse no es peligroso, que amar, es un regalo con bellos frutos, me acostumbraste a tus lindos tratos, me acostumbré a tu colacao por la mañana endulzado con un beso y mis buenos días, me acostumbre a preparar la comida juntos y esperar despierta tu mensaje, a escuchar cómo fue tu día, y me preguntaras como estuvo el mío, me encantaba tu manera de decirme que por muy mala que fuera mi semana, siempre llegaría el viernes en el que preparábamos esos 2 días juntos, de solo tú y yo. En pocas palabras me acostumbraste a que serías todo en mi vida.
Ahora no puedo resignarme a que decidirás irte, no me acostumbro a levantarme y no ver tu mensaje, no dejo de extrañarte, de pensarte, ¿Cómo es que tú me quieres olvidar?, ¿es que de verdad no soy nada para ti?, al principio yo era la que me resistía a sentir algo por ti, algo dentro me decía que ibas a dejarme llorando, pero con cuidados, con cariños, me hiciste creer que no siempre tiene que ser así, te creí, me enamoré perdidamente de ti, te dejé entrar a mí vida, te dejé entrar en mi corazón, no me di cuenta cuando pasó, pero te hiciste parte de mí, eras ya una extensión de mí, y por más que lo intento no puedo sacarte, quiero exprimir cada rincón de mi interior para evitar pensarte. No sé qué es lo que más me duele, si la manera en que te extraño, o que tú no lo hagas.
Antes de ti, no dejaba entrar a nadie, tus detalles, tus caricias, tu manera de quererme, rompieron ese duro caparazón, me diste la opción de una vida diferente, de tener una vida felizmente enamorada, y ahora mi pregunta es, ¿Cuándo cambió?, ¿porque de repente decidiste cambiar de opinión y preferir estar solo?, creo que esa decisión no llega así porque sí, si esa era tu idea desde un principio, ¿porque no lo dijiste, porque te esperaste hasta tenerme completamente en tus manos?, ya recordé por que odiaba las citas, por que, al final me dejas sin nada.
Te quise como si no fueras a doler, sin darme cuenta, que cada beso, cada te quiero, eran una profunda fisura a mi corazón, un golpe bajo a mis sentimientos, una agresión directa, después de todo parece que yo sola me rompí el corazón al depositar todo mi ser en ti, ahora solo queda esperar que me deje de doler tu indiferencia.
Sé que te extrañaré por mucho tiempo pues como te he dicho, a nadie le permití llegar tan lejos conmigo como lo hiciste tú, pero también sé que no hay mal que duré cien años, así que tendrás que salir de mí, tarde o temprano ni me voy a acordar de la historia tan increíblemente bella en la que me hiciste creer que podía ser real.
Los tiempos cambian, y yo con ellos, así que de esto aprendo que ya de nada sirve la sincera ilusión de una mirada y el decir un “te amo” con el alma, pues tal parece que en esta época ya no significa nada.
Ya no tengo tiempo de seguir deseando que arreglemos algo que ya no tiene remedio. Levantaré la cabeza y comenzaré a unir cada pedazo del corazón que yo misma rompí al enamorarme de ti.
Y como dicen por ahí, espero curarme de ti. Me receto tiempo, abstinencia y soledad.
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