La magia
Que no se pierda la magia que desprendes. Ni el misterio. Ni ese halo de timidez que, sin quererlo, te hace diferente. No luches por ser lo que no eres. Eres especial. Así, tal cual, no quiero que cambies. Sigue sonriendo a la vida y a las personas que te acompañan, sigue con esa magia que solo ellos conocen. Sigue leyendo esos libros que nadie entiende. Que te tomen por loca. Por desequilibrada. Mientras tanto, en tu espacio particular reirás y pensarás la cantidad de ilusos que campan por el mundo. Tú a lo tuyo. Con paso firme y sonrisa delicada. Que no te rocen las críticas, sobre todo si de constructivas tienen poco. Es más, las constructivas solo de quien puede, no de quien quiere. Y así todo. Y volvemos a los gustos raros, a esas canciones que solo a ti te transportan a algún lugar que no se encuentra en la Tierra. Solo a ti. Porque sólo tú lo entiendes. Y los demás, que miren, que hablen. Que siempre quedará tiempo para reírnos sin sentido o con los cinco a la vez.
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