Hay gente que dice que no soy la misma de siempre, que he cambiado, que no doy lo mismo de antes, les contesto que sí, que lo soy, pero ya no me callo lo que pienso, sé diferenciar entre te quiero y te quiero para un rato, ya no me escondo, sé cuando quieren hacerme daño y tengo más heridas que años por desgracia. No me muerdo las uñas si me enfado, posiblemente te sea sincera y te diga lo que pienso tal y como es en vez de suavizarlo para evitarte una cicatriz. He aprendido a levantarme si me caigo y también que si duele no siempre va a sangrar, que los kilómetros no son sinónimo de distancia cuando te dejas el corazón en cada metro, que hay personas que te van a erizar la piel sin tocarte. He aprendido a desconfiar en esas personas que te miran fijamente y a confiar en una mirada cabizbaja. He aprendido a olvidar a quien no me quería cerca y a recordar lo que era necesario.
No quiero conmigo a personas que no quieran arriesgar, ya que estoy donde estoy por lo que he sido y nadie me va a cambiar si una idea se fija en mi mente, pero si quieres, puedes venir conmigo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Si tengo que pedírtelo ya no lo quiero.

Amor purgatorio