Sigo haciéndolo.

Creo en tus manos apoyadas en mis caderas y en tus labios sobre mi frente, creo en mi voz susurrando a tu oído y en tus manos enredándose en mi pelo. En tus ganas de mi y en mis ganas de ti.
Creo en perder tiempo a tu lado, porque para mi es ganarlo. Creo en mi miedo a perderte, pero no creo en el miedo que dices tener tu a perderme a mi.

Creo en nuestras noches en vela. En todos y cada uno de los lunares de tu cuerpo. En todos y cada uno de tus besos sobre mi espalda o en mi frente, ya sabes eso de que un beso en la frente no se le da a cualquiera. Creo en tu olor impregnando la ropa o mi propio cuerpo. Y en todas las mañanas que desperté y tú ya no estabas (a pesar de que aún no te habías ido). Creo en la tristeza de despedirnos y en la alegría de volver a vernos. Sin olvidar la suerte de tenernos el uno al otro, aunque quizás la única que se siente con suerte soy yo.

Creo en tus noches, si son conmigo. Creo en tus días si no son sin mí. Y aunque es verdad que yo a veces no creo en ti, siempre creo en nosotros...

Y sigo haciéndolo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Si tengo que pedírtelo ya no lo quiero.

Amor purgatorio