Era de esas

De las que te cruzas por la calle y te hacen replantearte la timidez.
Niña de uñas mordidas, 
de esas que lloran a carcajadas
y follan abrazadas,
aferradas a una esperanza.
De las que se emocionan con un buenos días y crucifican por una traición.
Era de las que se tapaban después del polvo más salvaje, y esbozaban una sospechosa sonrisa antesala de un “te quiero”.
De las que se levantan cuando el mundo ya lleva horas en marcha,
y lo contempla desde la ventana con la seguridad de susurrarle día tras día las ganas de comérselo.
Era de las que desaparecían y dejaban hueco.
Era de las que te hacía perder la cabeza,
no la esperanza.

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