El trono

No bajes la mirada, no busques en mi el dolor aquel acompañado de esa cicatriz, mis pensamientos son profundos, extenuantes, me ahorcan y me provocan encadenandome hacia un remolino de pensamientos oscuros en los que la muerte es mi único aliado y la realidad mi mayor enemigo, arrastrandome al suelo observando la sangre, líquida y oscura brotar de las cicatrices que poseen estos brazos de tratar de escapar y este cuerpo de los castigos a los que ha sido sometido; no busquéis más dentro de mi, solo encontraréis oscuridad, dolor, sangre, llanto, sufrimiento..
Pero no conformes con las advertencias seguís tratando de entrar en esta puerta con destino al trono, pero el rey de este trono es la realidad que me tiene en el suelo sometida a este sufrimiento y a este baño de sangre.

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