Las dos cosas.

En lugar de sólo limpiar las lágrimas que rebozan de tus ojos y bajan por tus mejillas, borra también a esa persona que las creó.
Ya que si le da gusto ver tus ojos rayados y llenos de lagrimas, no se merece tu amor y tu sonrisa.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Si tengo que pedírtelo ya no lo quiero.

Amor purgatorio